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martes, 25 de septiembre de 2012

Discutiendo el Canon de la Literatura Infantil


Los libros y personajes de Tove Jansson  (Finlandia) son poco conocidos en nuestro medio

A continuación presentamos la traducción del artículo de Evelyn B. Freeman: “El ‘Canon’ y Perspectivas Globales en la Literatura Infantil” (The “Canon” and Global Perspectives in Children’s Literature). Si bien es cierto que el texto se remite al caso de Estados Unidos, las ideas expuestas nos permiten repensar en el canon de literatura infantil de nuestros países y en algunas de las dificultades que representa su configuración.

Me parece que el texto de Freeman es relevante no solo porque discute el canon de la literatura infantil, sino porque además sugiere varias cosas: por un lado, lo limitada que puede ser la circulación de una literatura extranjera en países de habla inglesa (como USA), y por otro lado, que los libros que consideramos como internacionales tal vez no lo sean tanto. 

En últimas, como señala Freeman, deberíamos gozar de un conocimiento amplio y multicultural de la literatura infantil, sin embargo, aún tenemos que librar varias discusiones al interior de nuestros propios feudos. Nos conviene empezar a reflexionar sobre lo global y lo local, lo reconocido y lo marginado, y creo que más que respuestas certeras al respecto, este artículo nos plantea algunos dilemas y preguntas que necesitamos hacernos los maestros de literatura infantil. 


Sobre la autora

La Dra. Evelyn B. Freeman es Asistente Especial para Proyectos Internacionales en la Universidad de Educación y Ecología Humana (College of Education and Human Ecology). Recientemente se retiró como Decana y Directora de la Universidad Estatal de Ohio, en Mansfield, (Ohio State University-Mansfield), donde sirvió desde el 2003 al 2010. Durante su nombramiento también fue, por siete años, Decana Ejecutiva para la Universidad Estatal de Ohio en los campus regionales. La Dra. Freeman es profesora emérita de la Escuela de Aprendizaje y Enseñanza, e imparte cursos de literatura infantil y lenguaje. También ha sido co-editora de las publicaciones: Revista de Literatura Infantil (Journal of Children’s Literature) y de Bookbird: Una Revista Internacional de Literatura Infantil (Bookbird: A Journal of International Children’s Literature). Ha sido co-autora de cuatro libros, numerosos capítulos y artículos académicos y se ha presentado en diferentes conferencias nacionales e internacionales. En el 2007, Freeman recibió el Premio al Servicio Distinguido (Distinguished Service Award), de parte del Concejo Nacional de Profesores de Inglés (National Council of Teachers of English), y es ex presidente de la Asamblea de Literatura Infantil para el NCTE y del Concejo de Ohio de Profesores de Inglés y Lenguaje. Actualmente la Dra. Freeman trabaja como Secretaria de la sección de IBBY en los Estados Unidos, USBBY (United States Board on Books for Young People). 

Agradecemos sinceramente a la Dra. Evelyn B. Freeman por permitirnos realizar la traducción de este texto que originalmente fue presentado en el Congreso IBBY en Sudáfrica en el 2004. 



El Canon y Perspectivas Globales en la Literatura Infantil 

Evelyn B. Freeman 



La Telaraña de Carlota de 
E. B. White (USA)
La Telaraña de Carlota, Donde Viven Los Monstruos, libros de Katherine Paterson, Steven Kellogg y Chris Van Allsburg se encuentran con frecuencia en las listas obligatorias de lectura para los cursos de literatura infantil que se dictan en los departamentos de educación en Estados Unidos. Los profesores de literatura  infantil escogen entre miles de posibles títulos aquellos que sus estudiantes deben leer, aquellos libros que hay que compartir como ejemplos en la clase y aquellos libros que motiven a sus estudiantes de educación a utilizar en el aula. Estos profesores, bien sea consciente o inconscientemente, están ayudando a establecer y perpetuar el canon actual de la literatura infantil. El concepto de un canon de la literatura infantil es complejo y controvertido en los Estados Unidos, y en otros países también.  

El diccionario define el canon como “una lista autorizada, a partir de las obras de un autor” o “una base para emitir un juicio, una norma; un criterio.” Generalmente cuando uno piensa en un canon, uno considera aquellos libros que han soportado el paso del tiempo, que son de tal calidad literaria que su contribución a la cultura es duradera e ilimitada. En el 2003, en la BBC, apareció el artículo: “El lugar de Potter en el Canon Literario”, donde la investigadora de Literatura Infantil la Dra. Marian Allsobrook plantea la cuestión: “Harry Potter es un fenómeno literario global, pero ¿dónde figura la creación de J.K. Rowling en el canon de la Literatura Infantil?” 

Los libros incluidos en el canon son privilegiados –han ganado premios; aparecen en las listas de títulos recomendados por bibliotecarios, profesores y críticos literarios; se exhiben en los anaqueles de las librerías, se graban, se convierten en especiales de televisión y películas de larga duración. Pero las preguntas acerca del canon abundan. ¿Qué libros deberían incluirse en un canon? ¿Quién decide qué libros son? ¿Con que criterios deberían seleccionarse los libros para incluirlos en un canon? ¿Cuánto tiempo debe estar un libro en imprenta antes de ser considerado parte del canon? Y como se añaden nuevos libros a un canon, ¿qué libros deberían eliminarse? 

Una complicación adicional es la visión de que los cánones representan criterios más políticos que literarios. En un capítulo del Manual de la Enciclopedia Internacional de la Literatura Infantil de Peter Hunt, el profesor británico Geoff Fox (1996) discute esta perspectiva y la “tensión entre aquellos que ven la literatura como un medio para transmitir la cultura de generación en generación, y aquellos que piensan que la literatura puede promover el crecimiento emocional e intelectual del individuo en una sociedad cambiante. Aquellos que están a favor del modelo de la ‘transmisión de una herencia cultural’ a menudo desean promover un canon de textos y autores que todos deberían compartir.” Más adelante Fox asegura que “el debate sobre el canon reaparece con frecuencia en parte porque es más impulsado por lo político que por lo puramente literario. 

¿Debe enseñarse la literatura por su poder de provocar, perturbar, enriquecer a los individuos, con la posible consecuencia de que se convertirán en agentes de cambio? ¿O debe la literatura reafirmar la autoridad establecida –incluso promover una visión del pasado que, a pesar de que nunca haya existido, apoya un régimen en el presente? Varios grupos se han visto excluidos por intentos de imponer determinados libros u autores en las escuelas: las mujeres han notado que muchas veces predominan hombres escritores en las listas de lectura; minorías étnicas (que pueden sentir que sus identidades están siendo vulneradas por la cultura dominante) creen que se necesita una constante vigilancia para que su literatura se asegure un lugar en las aulas.”(pág. 596). 

Historia de Babar el elefantito
de Jean de Brunhoff (Francia)
Hoy en día, en Estados Unidos, podemos con seguridad agregar libros de otros países, especialmente libros traducidos, a la lista de grupos que han sido excluidos de cualquier clase de canon de la literatura infantil. Por ejemplo, en la actual lista de “De los 100 Libros Favoritos para Niños” de la Biblioteca Pública de Nueva York, solo se incluye un libro traducido: El Diario de Ana Frank; sin embargo, muchos libros de autores de otros países de habla inglesa aparecen en la lista, tales como los libros de Margaret Mahy, Philip Pullman y Roald Dahl. En la lista de “Los 100 libros álbum que todos deberían conocer”, solo aparece una traducción: La historia Babar el Elefantito de Jean de Brunhoff. 

Cada país debe tener su propio canon de literatura –aquellos tesoros que todos creemos que los niños deberían leer y conocer. María Nikolajeva en su libro de literatura infantil sueca, Barnbokens byggklossar (Los Bloques de Construcción de los Libros para Niños), señala que los “textos que utiliza como ejemplos provienen del canon de la literatura infantil sueca”. Los libros de Ana la de las Tejas Verdes de L. M. Montgomery son considerados como parte del canon de la literatura infantil canadiense, pero no aparecen con tanta frecuencia en las listas en los Estados Unidos. Entonces más preguntas surgen: ¿deberían incluirse libros de otros países en el canon de un país? 

Ana de las Tejas Verdes
de L.M. Montgomery
(Canadá)
Aquellos que estamos comprometidos con una visión global e internacional seguramente responderemos de forma afirmativa. De hecho, si pensamos en libros que son considerados como clásicos en los Estados Unidos, tres libros traducidos vienen inmediatamente a la memoria: Pippi Calzaslargas, Pinocho y Heidi. Sin embargo, como uno de mis colegas me señaló, dado a las campañas masivas de marketing, a las adaptaciones cinematográficas y a la popularidad de estos títulos en los Estados Unidos, mucha gente ni siquiera se da cuenta que estos clásicos no se originaron en este país. 

Para los profesores de literatura infantil, que trabajan en los programas de educación, la intersección entre el canon, las perspectivas globales del libro infantil y la formación docente, seguramente producen grandes desafíos. Un programa de estudios de literatura infantil encontrado en la web, señala como uno de los objetivos del curso es: “mostrar conocimiento de destacadas obras del canon de la literatura infantil.” Uno se pregunta qué libros el profesor considera como el canon. 


Pippi Calzaslargas 
de Astrid Lindgren 
(Suecia)
Al desarrollar un curso de literatura infantil para estudiantes de educación, el profesor debe decidir qué libros asigna para leer fuera y dentro del aula, qué estándares debe aplicar en la evaluación de los libros para niños y qué libros debe animar a que los estudiantes usen cuando sean maestros. De alguna manera, el profesor se asemeja a un portero que aumenta el acceso a ciertos tipos de libros mientras que, al mismo tiempo, limita el acceso a otros. 

Entonces, ¿cuáles son los desafíos que un profesor de literatura infantil puede enfrentar con el canon y la literatura infantil internacional? A continuación expondré los desafíos - a manera de afirmaciones-, sobre los que un profesor debe reflexionar mientras prepara su curso: 

1. Quiero que mis estudiantes tengan conocimiento de los libros que han ganado premios. 

Generalmente los cursos de literatura infantil presentan libros que han sido galardonados. Las listas de premios y sus destinatarios se incluyen en la mayoría de textos infantiles; listas de libros recomendados abundan en forma de panfletos de la Asociación Americana de Bibliotecas (American Library Association, ALA) y otras organizaciones profesionales; publicaciones para padres sobre cómo seleccionar libros para sus niños se pueden encontrar en librerías, y libros especializados y artículos para maestros y bibliotecarios, que mencionan títulos ganadores, se encuentran en abundancia. Sin embargo, solo un premio en Estados Unidos reconoce específicamente los libros traducidos. Es más, muchos premios determinan que el autor debe vivir en Estados Unidos; por tanto, si un curso de literatura infantil presenta libros ganadores de premios, los libros internacionales y los libros traducidos, ya están en desventaja para su inclusión. 

2. Deseo compartir con mis estudiantes aquellos libros que he leído y que sé que son de alta calidad. 

Los profesores de literatura infantil usualmente desean promover los libros que ellos conocen – que han leído, estudiado y compartido con los niños. En los libros y revistas especializadas y en las conferencias de literatura infantil se presta poca atención en general a los libros internacionales y apenas muy poca atención a los libros traducidos. EEstados Unidos, a causa de la falta de énfasis en los libros internacionales, los profesores de literatura infantil pueden incluso no ser conscientes de la existencia de autores internacionales y de la variedad de libros traducidos. 

3. Hay tantos libros publicados en Estados Unidos, más de los que posiblemente podemos cubrir en clase, entonces ¿por qué quisiera compartir libros internacionales? 

Este enunciado nos remite al punto anterior sobre el canon como entidad política más que literaria. Ésta representa una perspectiva limitada con respecto a la literatura y la relación de los niños con la comunidad global. El artículo de Bárbara Lehman[i] ofrece argumentos convincentes de la importancia de compartir libros internacionales en los programas de educación de maestros. 

Por el contrario el profesor puede pensar: 

4. Deseo compartir libros internacionales con mis estudiantes, pero no encuentro ninguno. 

Muchos profesores de literatura infantil pueden querer compartir libros traducidos con sus estudiantes, pero de hecho tienen un acceso limitado a los mismos. Como señalaba Bárbara [Lehman], el porcentaje de libros publicados cada año en Estados Unidos y que son traducciones es increíblemente pequeño. Entonces la habilidad del profesor para identificar y localizar libros infantiles internacionales, de países habla no-inglesa, es ciertamente un reto. 

Entonces, ¿qué pasos deben hacerse para incluir más libros internacionales en el canon de la literatura infantil en Estados Unidos? Un primer paso puede ser que los profesionales del libro infantil participen en discusiones críticas sobre el canon para que estos problemas se vuelvan más explícitos. Por ejemplo, un objetivo de aprendizaje en el programa de maestría de literatura infantil en Roehampton University en Londres, es “desarrollar consciencia sobre el proceso de evolución y constitución del canon en la literatura infantil y su transmisión a los niños.” 

Asimismo, Perry Nodelman y Mavis Reimer en su texto Los placeres de la literatura infantil (2003), señalan que el concepto de canon “puede continuar siendo útil sólo si éste nos permite pensar en las implicaciones de la idea de que algunos libros son mejores que otros” (p. 247). Ellos también afirman que “los cánones no deben ser definitivos para todos lectores en todas las épocas… Entonces, los cánones de valor pueden ser categorías provisionales, articuladas en momentos específicos, pero sujetos a cambios cuando los lectores aprenden más acerca de los significados que son relevantes para ellos. Y tal vez lo más importante de pensar en que los cánones son provisionales es que nos permite hacer espacio para que la gente joven entre a dialogar acerca del significado, el valor y de las formas en que los textos los configuran como miembros activos de una comunidad lectora.” (pp. 248-249) Por tanto, el diálogo debe iniciarse en la comunidad profesional con relación al canon y los problemas que lo rodean. 

Segundo, los profesores de literatura infantil necesitan volverse más versados acerca de los libros que son aclamados como parte del “canon” en otros países. Un punto de partida puede ser mirar a los autores que han recibido el Premio Hans Christian Andersen, y los nominados en cada país a dicho premio. También los países alrededor del mundo tienen sus propios premios; los profesores de literatura infantil pueden volverse expertos en éstos. El Internet proporciona fácil acceso a una amplia información relacionada con la literatura infantil mundial. 

Un tercer paso, podría ser que los profesores busquen opiniones de especialistas acerca de los libros de otros países. Idealmente debería hacerse en persona, pero si esto no es posible, las opiniones se podrían obtener leyendo reseñas de libros de otros países que hayan sido escritas por expertos. 

Un cuarto paso es que los profesores se unan a USBBY. A través de su membresía estarán en contacto una comunidad profesional mundial dedicada a la literatura infantil global. Los recursos y conexiones de IBBY proporcionan a los profesores estadounidenses oportunidades de crear redes alrededor del mundo con otras personas que trabajan en proveer literatura a los niños. 

Finalmente, los profesores necesitan asumir una actitud abierta y un deseo de alcanzar una concepción más amplia de la literatura infantil, una que sea más inclusiva y se extienda más allá de las fronteras de Estados Unidos y de los países de habla inglesa. De esta manera podemos desplegar la noción de un canon que abarque el mundo entero de la literatura infantil. 

Referencias

Alsobrook, Marian. (June 18, 2003). Potter’s place in the literary canon. BBC News. http://news.bbc.co.uk/go/pr/fr/-/1/hi/entertainment/arts/2996578.stm

Fox, Geoff. (1996). Teaching fiction and poetry. In Peter Hunt (Ed.), International Companion Encyclopedia of Children’s Literature (pp. 594-605). London: Routledge.

Nikolajeva, Maria. (1998). Barnbokens byggklossar (The building blocks of children’s literature). Lund: Studentlitteratur.

Nodelman, Perry and Reimer, Mavis. (2003). The Pleasures of Children’s Literature (third edition). Boston: Ally and Bacon.



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[i] Nota del Traductor. Aquí se hace referencia a la ponencia de Barbara Lehman: “Issues of Teacher Interest and Access to Multicultural and Global Children’s Books” que también se presentó en el Congreso IBBY en Suráfrica 2004.


4 comentarios:

  1. Interesante artículo. Gran aporte para quienes empezamos este viaje. ¡gracias! sonia ardila.

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  2. Me alegra que te haya gustado. Gracias, Sonia!

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  3. Ey, no dejen de escribir!
    Se les extraña

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    1. Gracias, Zu! Qué bueno saber que tenemos lectores entusiastas por la literatura infantil como tú! Un abrazo

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